miércoles, 16 de noviembre de 2016

MONÓLOGO 114

Soy un hombre bastante simple,
si mi estómago está contento, yo estoy contento;
si mi estómago ruge, yo también lo hago.

martes, 1 de noviembre de 2016

Truco sin trato

31 de Octubre de 2014. Elmito ya contaba con 3 añitos y mi suegra había cumplido un año más de vida el día anterior, hecho que ameritó una pequeña reunión familiar donde hubo saludos y regalos.

Pero como regalar a mujeres es una difícil tarea, ese día mi esposa me propuso ir al Jockey Plaza a cambiar el regalo que no le gustó a mi suegra, por mi parte yo pensaba lo bueno y justo que sería decirle “Feliz día” a mi suegra en el Día de Halloween.

En el trayecto nos cruzamos con numerosos padres y sus respectivos hijos con sendos disfraces, había piratas, bomberos, mounstros, batmans, supermanes; Elmito me los señalaba a los que iba reconociendo:

- Mira papá, un batman grande y otro pequeño.
- No campeón, son papá e hijo disfrazados.

Eso me hizo pensar si debí disfrazar a Elmito con alguno de sus disfraces del colegio y disfrazarme de cualquier cosa.

Al llegar a Saga, estando en la sección de ropas del primer nivel y en vista de que Elmito quería ir primero a la sección de juguetes, mi esposa propuso “llévalo a ver los juguetes en el segundo nivel mientras que yo veo que encuentro para hacer el cambio”. Repase los hechos, Elmito en la sección juguetes, mi esposa en la sección trapos, mentalmente me prepare para una estadía de 3 horas por lo menos en la tienda por departamentos.

Subimos, Elmito y yo, al segundo nivel, él se soltó de mi mano y corrió a la sección juguetes, por mi parte luego de vigilarlo de pie un rato, ubique en un lugar donde sentarme que me permitiera abarcar toda la sección de los juguetes.

Me volvió a asaltar la duda de si debimos disfrazarnos Elmito y yo, estaba ensimismado en mis pensamientos cuando de pronto se apagaron las luces del local, un murmullo inundó el ambiente, las luces de emergencia se encendieron, instintivamente corrí hacia el lugar donde vi a Elmito por última vez, lo encontré unos pasos más allá, aún en cuclillas, había encontrado las llaves del suministro eléctrico y los había bajado.

Me agaché junto a él, subí las llaves eléctricas, la luz volvió, le dije a Elmito “eso no es un juguete y con eso no se juega”, cuando nos pusimos de pie junto a nosotros estaba el administrador de la tienda y un vigilante, les di las explicaciones del caso y les sugerí proteger mejor la caja de las llaves eléctricas. 

Cuando nos disponíamos a irnos el administrador le dijo a Elmito “ven acá”, Elmito se acercó y el administrador le ofreció un puñado de caramelos, Elmito recibió los caramelos, me los entregó diciendo “papá, guárdalos para la abuelita” y regresó a seguir viendo los juguetes.

En ese momento, mis dudas acerca de si debimos disfrazarnos se disiparon por completo.