Este fin de semana fue el más largo de todos.
Miércoles:
Elmito fue
amenazado con una expulsión por decirle a Fulanita, su compañera del colegio, que era “la mujer
perfecta y que se iba a casar con ella”.
Jueves:
Por el grupo de
chat del colegio, nos enteramos que Fulanita había sido retirada y trasladada a
otro colegio por sus padres.
Viernes:
En la agenda de
Elmito, la nueva psicóloga del colegio nos cita para el lunes a primera hora,
en nuestra condición de padres de familia.
Todo el fin de
semana nos cuestionábamos como padres de Elmito: "¿Acaso estamos criando un
acosador?", "¿Tendremos que buscarle otro colegio?", "¿Ese es el ejemplo que le
estamos transmitiendo como padres?".
Por otro lado, mi
esposa y yo, también ensayábamos nuestros argumentos de defensa para el momento
de la entrevista con la psicóloga, considerando todas las posibilidades.
Lunes:
Siguiendo las enseñanzas
de Sun Tzu, decidí que la mejor defensa es el ataque, convencí a mi esposa que
me dejará manejar la situación. En la entrevista con la psicóloga, luego del
saludo protocolar, le reclamé “¿Cómo es posible que amenacen a mi hijo con una
expulsión” y agregué “Eso es muy de colegio estatal”. Debo precisar que yo
acabé la secundaria en un colegio estatal con una amenaza de expulsión y sé lo
que es y se siente.
La psicóloga nos narró
que el incidente con Fulanita se dio en la clase de Educación Física, cuando
Elmito abandonó la cancha de futbol en pleno partido para encontrarse con
Fulanita y por eso el profesor lo amenazó con expulsarlo del partido.
También nos
explicó que los padres de Fulanita ya habían intentado retirarla del colegio en
otras ocasiones por motivos de trabajo y no tenía ninguna relación con el
incidente de la expulsión.
El motivo de la citación no era por ninguno de esos temas, menos por la parte académica, era por la “intolerancia a la frustración” de Elmito. Le explicamos que Elmito es muy activo y competitivo, le gusta participar en todas las actividades, no se pierde ninguna fiesta ni los compartir, le gusta que le salgan las cosas a la primera, le gusta ganar y ser el primero; cosas que la psicóloga desconocía por ser nueva y que sus profesores si lo saben.
Elmito no solo ha heredado todas mis manías, sino que ha resultado ser más políticamente incorrecto que yo.
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