domingo, 26 de septiembre de 2010

MONÓLOGO 2


Si un hombre casado
desea saber como será su esposa en el futuro,
sólo tiene que mirar a su suegra.

sábado, 18 de septiembre de 2010

¿Quién le pone el cascabel al gato?



Entre todos los profesores que hemos tenido (hablo en nombre de todos los maestristas de mi promoción) en lo que va la maestría, la mejor profesora y a la vez más exigente fue la Doctora E. Durante su curso, la Doctora E nos hizo leer dos librotes, uno de 800 páginas y otro de más de 600, que gentilmente nos prestó para fotocopiarlo, además de exigirnos una monografía semanal.

Entre los maestristas la desazón era generalizada debido a su exigencia y era moneda corriente escucharles frases como "la profe cree que somos alumnos de pregrado", "como se le ocurre pedir un trabajo semanal", "debe tener en cuenta que trabajamos", todas cargadas de crítica al grado de exigencia; pero nadie se atrevía a decirselo a la misma Doctora E.

Para la clase de técnicas de debate de la Doctora E., en grupos de 6 teníamos que hacer una demostración de un debate con un tema a nuestra elección. Con cierta reticiencia del resto de mi grupo, propuse como tema "El amor" en contraste con los otros grupos que eligieron temas más serios y menos controversiales. Asimismo le avise a mi grupo que haria de "abogado del diablo" para evitar sorpresas en el debate.

Llegado nuestro turno para la demostración, el moderador designado empezó con la rueda de preguntas a cada uno de los 5 panelistas. En evidente contraste con las respuestas del resto del grupo, mi intervencion (en versión resumida) fue la siguiente:

Moderador: ¿Está usted enamorado?
Elmo:
Yo me enamoro todos los días.
Moderador: ¿Cree usted que el amor repara en raza, condición social o religión?
Elmo: Si alguien repara en esos detalles es un infeliz, Dios nos hizo diferentes no para que vayamos por ahí comparandos, sino para que cada uno de nosotros seamos únicos.
Moderador: ¿Cree usted que el amor acaba?
Elmo:
En un corazón sano, el amor siempre se mantiene inalterable como amor; en un corazón enfermo, el amor se transforma en odio.
Moderador: ¿Entonces, qué es el amor para usted?Elmo: Yo no sé lo que es el amor y no lo voy a saber nunca. No se puede intentar definir el amor sin pecar de ingenuo, cursi o atorrante.
Cuando se dio pase a la rueda de preguntas por parte del público (función cumplida por el resto de maestristas para la ocasión), como es obvio casi todas las preguntas fueron dirigidas para "el que no cree en el amor", o sea para mí, fue cuando entonces en un arranque de sinceridad y para aclarar (porque en estos asuntos hasta los negros tienen que ser claros) los malos entendidos repliqué:

"Yo no sé lo que es el amor, pero eso no significa que no crea en el amor. Es más, yo amo a mi esposa, amo a mi madre, amo a mi patria, amo a mi profesion, amo escuchar este curso, lo que no amo es hacer las tareas".

(inserte aquí aplausos de toda el aula y varios "te apoyamos")

lunes, 6 de septiembre de 2010

Quien chupa* con chatos golpeado amanece

Noche de un viernes ruidoso, fin de una semana agotadora en el trabajo, la paz que da el no dejar nada pendiente para el Lunes siguiente, camino a casa, un sólo deseo en mente, llegar y dormir.

De entre la multitud anónima que camina a mi lado, superando el bullicio reinante, un grito me llama "¡PROMOCIÓN!", miro al tipo que se me pone al frente, un metro y cincuentaiocho, calvicia avanzada, ojos encendidos, cara brillante, estado eufórico, el mismo peinado-raya-al-medio de siempre (cuando uno se está quedando calvo, lo peor que se puede hacer es peinarse con la raya la medio), unos 15 kilos de sobrepeso en ese tamaño conspiran para que no pueda reconocer a Ricardo Páez, "Chato" Páez para los amigos, compañero de promoción de la universidad.

Una vez que pude reconocerlo nos trenzamos en un abrazo como sólo dos viejos amigos lo hacen:

Elmo: ¡CHATO!
Chato Páez: ¡ELMO!Elmo: ¿Cómo has estado?
Chato Páez: Aquí pues y tú ¿cómo estás?Elmo: Bien, yendo a casa.Chato Páez: Oe, estas gordito (palmeándome la panza).Elmo: Mira quien lo dice (devolviéndole el palmoteo).Chato Páez: No te vas a picar ¿no?
Elmo: Nooo, las personas como yo engordamos, en cambio los chatos como tú se deforman.Chato Páez: Ja ja ja ja ja ...

y nos maleteamos como sólo dos amigos lo pueden hacer. Me propuso darle el uso habitual a un viernes:

Chato Paéz: ¿Hace cuánto tiempo que no nos perdemos como antes?Elmo: Fácil 10 años que no nos vemos.Chato Páez: ¿Vamos entonces?Elmo: ¿A dónde?Chato Páez: No sé, por acá hay un hueco** ...Elmo: Mejor lo dejamos para otro día (recordando mi clases a las 8.00 am del día siguiente) .
Chato Páez: Uhhhh, eres sacolargo ***.
Elmo: No te pases, tú eres un borracho.Chato Páez: Mejor borracho que sacolargo.Elmo: Yo tengo que hacer mañana temprano, pero tú seguro a esa hora recién estas llegando a tu casa.
Chato Páez: Pero nunca he llegado con la manos vacías, siempre llevo mi pollito.
Elmo: Claro, porque si no te mueres de hambre al día siguiente, tu esposa no va a alimentar a un borracho y encima belicoso.
Chato Páez: Entonces, otro día...
Elmo: Por supuesto...

intercambiamos telefónos y nos despedimos con un abrazo como al principio.

Desde nuestra época universitaria, donde el alcohol y las juergas no se limitaban a los fines de semana, chupar con el Chato Paez es todo un riesgo, cuando está ebrio se le da por buscar bronca**** donde sea, como sea y con quien sea, las razones pueden ser tan absurdas y variadas como "hace rato que ese #u3v0n me está mirando feo" o "ese csm está afanado a la flaca que yo vi primero", pero lo que es invariable es que siempre le busca bronca al más grande y agarrado del otro grupo, eso significaba involucrarse en las broncas que él propiciaba para evitarle una catana.

En los días de la universidad, al Chato Paez no se le invitaba cerveza porque luego no paraba, no se le ofrecía trago corto porque se cruzaba, no se le avisaba de las juergas para pasarla bien, pero no siempre se lograba mantenerlo alejado, siempre se las ingeniaba para encontrarnos y acollarse***** al grito de "la próxima caja es por mi cuenta".

Actualmente, todos los que conocemos al Chato Páez sabemos que es un bebedor social, también hemos sido partícipes de algunas de sus incontables broncas, ya sea en plan de apaciguamiento o de repartir golpes, porque a diferencia de lo que ocurre con las mujeres, entre hombres no hay nada que no se pueda resolver conversando, a menos que sea un lío de faldas, en ese caso si es bronca fija porque somos peruanos machos y no franceses.


* Del verbo chupar, sinónimo de beber alcohol, tomar cerveza.
** Lugar o sitio de poca reputación.
*** Marido oprimido por su mujer, sinónimo de pisado.
**** Pelea callejera, sinónimo de mecha.
***** Acoplarse al grupo.