martes, 27 de septiembre de 2011

Ni tan tan, ni muy muy

Dos de mis mejores amigos son Juan y Tito, ellos son amigos desde la universidad y estudiaron en la misma facultad, yo estudié en otra facultad y conocí primero a Tito, y por éste conocí a Juan.

Juan es crespo, flaco, alto y bonachón; Tito es lacio, gordo, chato y fosforito; siempre los he visto como el gordo y el flaco pero con una diferencia abismal de talla (1.82 m. vs 1.58 m., es una diferencia notable). Son completamente dispares pero se llevan muy bien, yo lo puedo lo atestiguar, incluso ambos cumplen años el mismo día 10 de Octubre.

Hace un año mi esposa entraba a su último mes de embarazo, luego de regresar de la clínica y dejar a mi esposa en casa, en la tarde me fui a la oficina y me encontré con Juan y Tito:

Tito: ¿Y qué fue (a manera de saludo)?
Elmo: Nada, tenemos que esperar unas semanas más (de angustias e incertidumbres). 
Juan: ¿Pero te dijeron una fecha?
Elmo: La doctora dice que para la primera quincena de Octubre.
Juan: ¿Y qué tal si nace el 10 como nosotros (con inusitada alegría)?
Elmo: No, no me gustaría.
Juan y Tito: ¿Y por qué no?
Elmo: (luego de repasarlos con la vista a los dos) Es que yo quiero que salga normal.
Juan y Tito: ja ja ja ja ja

sábado, 24 de septiembre de 2011

#EstafadorDetected



Si alguien te cobra por creer en Dios, te cobra para apoyar la gastronomia peruana,

te cambia sus palabras por dinero,
te vende afecto o sexo;
ese alguien es un estafador.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Salchipapas castrol

La noche anterior, a mi esposa se le había antojado alimentarse con comida chatarra y fue así que al llegar a casa, casi a la medianoche, salimos a caminar en busca de unas tóxicas salchipapas; a esa hora eran pocos los lugares disponibles, no encontramos salchipapas y para no regresar con el estómago vacío (yo puedo regresar con las manos vacías pero con el estómago vacío jamás) entramos a un Pasti-Pizza donde probamos la peor pizza de nuestras vidas.

Al día siguiente y para sacarse el clavo, antes de llegar a casa, mi esposa pasó por el supermercado y llegó con una bolsa de papas amarillas, hot-dog sanfernando, aceite primor, mayonesa, mostaza y rocoto alacena.

Una vez listas las salchipapas procedimos a darle curso, y mientras terminábamos:

Elmo: No te ibas a quedar con las ganas de comer tus salchipapas.
Mi esposa: Claro que no.
Elmo: Pero la verdad, estas salchipapas no saben tan ricas como las salchipapas castrol que venden en la calle.
Mi esposa: ¿salchipapas castrol?
Elmo: Si, esas salchipapas que venden en la calle y que las frien con aceite de carro.
Mi eposa: Ah, eso si, esas si son ricas.

lunes, 12 de septiembre de 2011

MONÓLOGO 15


Si no fuera por el Síndrome de Estocolmo los hombres no permaneceríamos casados.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Los amigos que perdí

Conocí a Gino allá por los años ochenta, a finales de los 80 para ser precisos, él trabajaba en el Departamento de Investigación y Desarrollo de la compañía en la que nos conocimos y yo acababa de integrarme al Departamento de Electrónica, a pesar de trabajar en departamentos diferentes coincidíamos en muchas actividades propias de la compañía, nos hicimos amigos, buenos amigos.

En la compañía, Gino tenía una reputación de loco, ademas de la apariencia. Era sacalagua, de pelo ensortijado, frentón, muelón (su imitación de los burros era insuperable), usaba anteojos gruesos, tartamudeaba (sólo cuando hablaba en español, en inglés hablaba perfectamente incluso dictaba clases de Inglés el el centro de idiomas de una universidad) y transpiraba como loco.

Luego de dos años en la compañía fuí transferido a Investigación y Desarrollo, donde tuve el privilegio de trabajar con el mejor diseñador de circuitos, Gino. Aprendí y bastante, llegué a hacer mejoras a sus circuitos, lo que me permitió dedicarme durante cinco años al diseño profesional de circuitos.

Trabajar con Gino era diferente a trabajar con otros ingenieros (cinco años en una facultad de hombres pasan factura), poseía la candidez de un niño y sus bromas pecaban de inocentes, el doble sentido y las connotaciones sexuales le eran completamente ajenas. Era impuntual, más desordenado que yo, peculiarmente responsable; por lo que a la renuncia del jefe del área, la jefatura no se la dieron a él sino a mí.

Antes de irse de la compañía y del país, espantado por Hurtado Miller y su "que Dios nos ayude", me invitó a su casa donde me mostró su computador 3D, una Commodore 64 a la cual le había adaptado unos lentes traídos especialmente de Miami, en el que corría un software de su creación que permitía producir imágenes tridimensionales alternando la visibilidad de cada lado de los lentes.

Ahora que el 3D está de moda, yo puede jurar que el 3D en el Perú (y probablemente en el mundo) lo inventó Gino.

domingo, 4 de septiembre de 2011

MONÓLOGO 14


Hombre que trabaja demasiado,
o es por sacolargo o es por mujeriego.