miércoles, 12 de diciembre de 2018

El Señor Berto

En realidad, se llama Juan, pero fue rebautizado por Elmito a sus 3 años.
Las cosas ocurrieron así: Cada vez que Elmito salía del nido, camino a casa debíamos pasar por la bodeguita del barrio, la cual era atendida por la Señora Berta, una señora mayor que lo atendía con la mayor paciencia y dulzura del mundo.
Un buen día, en vista que la señora Berta enfermó (cosa que nos enteramos después), quien nos atendió fue su esposo, el señor Juan:

Elmito: ¡Señora Berta, señora Berta! (Elmito sabía que tenía que gritar para que le escuchara la señora Berta).
Señor Juan: ¿Sí, qué desea?
Elmito: (Casi sin pensarlo) Señor Berto, déme una cocacola y una galleta casino.
Elmo: Elmito, no se llama Señor Berto, ¿Por qué no le preguntas como se llama?
Elmito: Se llama Señor Beto, Señor Berto.

El Señor Juan se encogió de hombros (aceptando el cambio de nombre) mientras iba por el pedido de Elmito.

Una vez que Elmito tuvo en sus manos su pedido (y luego del pago respectivo), se despidió con un “chau Señor Berto”.

Desde entonces, el Señor Juan paso a llamarse Señor Berto.

jueves, 4 de octubre de 2018

39 años despues

Esta semana fuimos al cine, mi esposa, Elmito y yo, este hecho no tendría nada de especial si no fuera porque he vuelto a una sala de cine después de 39 años, 3 más de los que la Selección Peruana demoró en volver a un Mundial de fútbol.
Corría el año 1979, el rock cedía posiciones ante la onda disco, el actor del momento era John Travolta que la había hecho linda con su anterior película Fiebre de sábado por la noche que literalmente se convirtió en una fiebre mundial y catapultó a la fama a Los Bee Gees; la película del momento era Grease, contenía grandes dosis de rock and roll y tenía como coprotagonista a Olivia Newton-John, un sueño hecho mujer para toda la adolescencia de mi época.
Obviamente, como toda aquella adolescencia fui al cine más por ella que por la película (en general, no me gusta el cine, menos el cine norteamericano); de eso ya hace 39 años. 
A insistencia de Elmito, fuimos a ver Pie pequeño, para quien era su primera vez en el cine con nosotros, digo con nosotros, porque Elmito tiene más vida social que nosotros y ya ha ido al cine con sus compañeros del colegio, en otras ocasiones, como parte de sus actividades educativas.
No soy de ir al cine (ya lo dije, lo estoy repitiendo), no me gusta hacer cola y menos que me traten de vender canchita y gaseosa con un brutal sobreprecio, pero cuando el jefe manda (léase Elmito), uno obedece.
En general, la pasamos bien los tres, aunque también repare que era la primera vez en el cine con mi esposa, de enamorados y de novios nunca fuimos al cine, mientras otros iban al cine a ver una película para pasar la noche, nunca necesité de una salida al cine para hacerla pasar una noche de película.

miércoles, 4 de julio de 2018

36 años después

Luego del partido con Dinamarca, que nos dejo por siempre la interrogante "¿Hasta dónde podríamos haber llegado si Cueva la metía?":

- Profe, ¿quién gana Perú o Francia?
- ¡Perú, por supuesto!
- Pero, perdimos ante Dinamarca y Francia es más que Francia.
- Es que los daneses se bañaron en ruda, con los franceses va a ser diferente.
- ¿Por qué?
- Los franceses no se bañan.

Si con los daneses nos faltó suerte, con Francia nos faltó malicia para jugar un partido de Mundial, malicia que si la tuvieron los galos. La mejor prueba de ello fue la tarjeta amarilla a Flores (que es más sano que comer brocolí) que éste ni siquiera reclamó.

Con la experiencia de los dos partidos anteriores y sin la presión de la clasificación a octavos de final, la selección pudo mostrarse tal cual ante Australia y ganar 2-0 con solvencia y con soberbios golazos de Carrillo y Guerrero.

Y para los que quieren crucificar a Cueva, no se olviden que Guerrero fue asistido por éste en su gol mundialista, por supuesto que no es lo mismo patear un penal en el Estadio Nacional de Lima que hacerlo en el Estasio Central de Ekaterimburgo.

El Mundial de Rusia 2018 nos permitió demostrarnos a nosotros mismos que podemos, que tenemos un buen fútbol, ademas vistoso y decente; una hinchada increíble que va adonde vaya la selección, y un equipo de 11 guerreros (ojalá fuéramos 31 millones de guerreros)

Nos vamos de Rusia, pero prometemos volver.

- Papá, ya aprendí ruso.
- Muy bíen Elmito.

(alfabeto ruso escrito por Elmito)


Elmo Nofeo
D.T. Honoris Causa

miércoles, 13 de junio de 2018

Después de un #LargoTiempo, volvemos

Por supuesto que hablo del Mundial, no de mi regreso a los blogs, porque nunca me fui.

Después de 36 largos años volvemos a un Mundial (si quiere conocer ese largo camino le recomiendo el blog de Luis Guadalupe), el de Rusia 2018 y lo hacemos con un capitán de verdad. 

Un capitán no dice no puedo,

(Fuente: Internet)

lucha hasta el final de la batalla con la sangre en el ojo.

(Fuente: Internet)

Un capitán no se amilana,

(Fuente: Internet)

si cae es para volverse a levantar.

(Fuente: Internet)

Un capitán empuja a sus guerreros a emprender el vuelo hacia la gloria (tremenda imagen, lo mejor del documental "Largo tiempo").

(Fuente: Documental "Largo Tiempo")


Elmo Nofeo
D.T. Honoris Causa

P.D. Don Goyo, el tipo con más barrio del barrio, está en cama, pero va a cumplir su sueño de ver al Perú en un Mundial más.

domingo, 13 de mayo de 2018

En el #MesDelSoneroMayor

En el colegio, segundo año de secundaria, en el curso de Educación por el arte, la tarea grupal consistía en elegir una canción, modificarle la letra para un tema libre y cantarla en grupo frente a todo el salón. El uso de instrumentos musicales era opcional.
Hice grupo con los mismos de siempre, Fulano y Mengano, que solo teníamos en común nuestro gusto por la música salsa y el sentarnos en la misma carpeta. En los colegios nacionales era normal que se sentaran 3 en carpetas diseñadas para 2 y que los salones eran de 40 o más alumnos.
El día de la presentación de la tarea nos cogió de sorpresa, el profesor entró al aula y pidió a los grupos que se alisten para la presentación.
Uno a uno los grupos fueron saliendo, unos hicieron sus papelotes con la letra y lo pegaron en la pizarra, otros llevaran guitarras y panderetas, mientras tanto nosotros recién realizábamos las primeras coordinaciones:

Elmo: ¿Y la tarea?
Fulano: No sé.
Zutano: ¡Ya la cagamos!
Elmo: ¿Y ahora?
Fulano: ¿Y si le decimos al prosor para la próxima clase?

“Tienen cero” sentenció el profesor al grupo que en ese momento le tocaba hacer su presentación y no tenían nada que presentar.

Elmo: ¡Tenemos que salir a cantar!
Zutano: ¿Qué vamos a cantar?
Elmo: Cualquier canción
Fulano: Una de “Maelo” Rivera.
Zutano: ¡El nazareno!
Elmo: ¡Esa es muy conocida!, tiene que ser una que no la sepan en el salón. ¡Ahí está!, Dime porqué.
Mengano: No me sé la letra.
Fulano: Yo más o menos.
Elmo: ¡Mejor!, porque las partes que no sepamos le ponemos cualquier letra.


(Un temón)

Y rápidamente nos pusimos a tararear y a improvisar una letra, mientras nuestro turno se acercaba.
Llegado nuestro turno, nos echamos a cantar sin más ni más, lo hicimos desvergonzadamente, improvisamos como pudimos, desafinamos con todos sus agravantes. Debió haber sido un espectáculo triste ver a tres improvisados en todo el sentido de la palabra tratando de sonear como el #SoneroMayor “Maelo” Rivera.

Profesor: ¿Qué canción habían elegido?
Elmo: Una de “Maelo” Rivera
Profesor: ¿Y de qué trata su tema?
Elmo: De un hombre que se siente abandonado por Dios.
Profesor: Hay que prepararse mejor.

Nos puso 12 de nota, que para nosotros equivalía a un 20, nos fuimos a nuestros asientos con cara de satisfacción dejando atrás algunas miradas de envidia.



domingo, 29 de abril de 2018

No son 3, son cuatro

Una de las cosas que hago antes de ir a dictar clases en la universidad por las noches, es comprar aprisa pan para el lonche, dejarlo en casa y partir al trabajo.
Pero hay ocasiones en los que no tengo que dictar clases y el tiempo deja de ser el tirano de siempre, es cuando puedo ir con Elmito a comprar pan y acompañarlo a hacer lo que se le ocurra en ese momento.
Ayer fue uno de esos días y nos fuimos a explorar el camino hacia una de las panaderías más alejadas de la casa. Al regresar:

Elma: ¿Por qué demoraron tanto?
Elmo: Es que nos fuimos a comprar pan a la panadería del otro barrio.
Elma: Son más de las 7:00 pm, ya no es hora del lonche.
Elmo: (dirigiéndome a Elmito) Uy Elmito, ya no hay lonche.
Elmito: No mamá, yo quiero mi lonche.
Elma: Ya se pasó la hora, en un rato cenamos.
Elmito: ¡No mama! No son tres comidas, son cuatro, desayuno, almuerzo, lonche y cena.

Y Elmito tuvo lonche y cena.

sábado, 24 de marzo de 2018

Prohibido molestarse

Siempre he escuchado referirse a mi persona como “es bien serio”, “está molesto”, “tiene cara de maloso” o “nunca sonríe en las fotos”. A los 6 años, Elmito decidió sacarse la duda:

Elmito: ¿Papá, por qué tú siempre estás molesto?
Elmo: No, no estoy molesto.
Elmito: Sí, papá.
Elmo: ¿Por qué dices que estoy molesto?
Elmito: Porque tu boca siempre está así (mientras dibuja con el dedo una U invertida en el aire).

Elmo: Ahh, no es que esté molesto, así es mi boca. Todos tenemos bocas con diferentes formas.
Elmito: Mi boca siempre está contenta.

lunes, 29 de enero de 2018

Más papista que el Papa

Entre sus compañeros del colegio, amigos y primos contemporáneos, Elmito es el más agarrado, el de chasis ancho, porque come papa, él es quien pide mamá, el puré de papas lo quiero duro, no aguado”.

Los purés son los que más le gustan, sean de papas, de espinacas, de zapallo (bueno, así le dice Elmito al locro de zapallo), etc. El requisito principal es que deben incluir papa.

El otro día almorzábamos puré de espinacas, Elma, Elmito y yo:

Elmito: ¿Y la papa?
Elma: Ahí está.
Elmito: Yo quiero una papa entera.
Elma: Es que las papas se deshicieron (mientras sacaba de su plato el pedazo más grande de papa y lo colocaba en el plato de Elmito).
Elmito: Esta es una mini papa.
Elma: Si, hoy comemos mini papas.
Elmito: Mañana me das una papa entera.
Elma: Claro, mi amor. 

Afortunadamente, la papa ya está bajando de precio luego de la subida que experimentó por la huelga de los agricultores. 

viernes, 19 de enero de 2018

Música normal, no por favor

Ayer nos disponíamos a almorzar en casa, Elma, Elmito y yo, cuando Elmito se percató del silencio que nos rodeaba:

Elmito: Mamá, hay que poner música.
Elma: Yo voy (se levantó, encendió la radio y puso su música ochentera de siempre).
Elmito: ¡No mamá, música normal no!
Elma: ¿Qué música quieres (dirigiéndose a Elmito)?
Elmito: Música del Perú.
Elma: Ah, música criolla.
Elmito: ¡Sí mamá!

Los genes no mienten, Elmito es más criollo que yo. Las dos canciones que más  sabe y las canta en las actuaciones de su colegio son "Contigo Perú" y "Y se llama Perú" 

PD1:
Augusto Polo Campos, un ser tan humano y a la vez tan genio, nos dejó ayer en un ambiente de fiesta, en el 483° Aniversario de Lima y la llegada del Papa Francisco.

PD2: 
El almuerzo incluyó puré de papas, por lo que Elmito ante la expectativa de la llegada de Francisco, concluyó:

- Como va a venir el Papa, hay que comer papas.

En la tarde, al regresar de sus vacaciones útiles se decepcionó, porque él creyó que Francisco iba ir a nuestra casa.

sábado, 6 de enero de 2018

El último beso

En la mesa de la sala, habiendo culminado el año escolar, con mi esposa y Elmito revisábamos las calificaciones finales de éste.

En razón de haber obtenido calificaciones "A" y "AD", a Elmito su mamá lo premió con un fuerte abrazo y sendos besos en las mejillas; por mi parte, me puse de pie, primero lo despeine, luego lo abrace y finalmente le estampé un beso en el cabello. Y fue cuando:

Elmito: ¿Papá, me besaste?
Elmo: ¡Sí campeón!
Elmito: No papá, los papás no besan, solo las mamás.
(inserte una mirada cómplice con su mamá)

No hay duda que Elmito cada vez más se hace hombre y tal como nuestros genes mandan, no es partidario de los besos entre hombres