Después de más de dos semanas sin postear por encontrarme distraido en temas menos importantes: los gastos impagables de los primeros meses, la declaración de renta 2010, la tesis de la maestría, etc. Hoy ya me puedo dedicar a pensar en cosas más importantes y lo primero que se me ocurre es pensar en ¿cuál es el invento del siglo?
A ver amigo blogleyente, póngase a pensar un momento y piense en cual seria el mejor invento de todos la tiempos, ¿será la computadora?, ¿el Internet?, ¿el chat?, ¿el iPod?, ¿la máquina a vapor?, ¿el celular?, ¿el automóvil?, ¿el avión?, ¿el horno de microondas?, ¿la televisión satelital?, ¿el wonder bra?, ¿el push up?, ¿la rueda?, ¿el fuego?, ¿la imprenta?.
Hagamos el descarte respectivo mediante el Teorema de Descartes (si tiene otro uso para el susodicho teorema le ruego no hacérmelo saber): el wonder bra, junto con el push up y el "tú eres el único hombre de mi vida" han sido y son la telaraña en la que siempre hemos caído enredados los hombres y encierran una falsedad comparable al cariño de una suegra.
El Internet, el chat, el teléfono, la televisión, el automóvil, el celular, son herramientas de comunicación y la mejor comunicación se logra con el sexo (medio por el cual hasta las palabras salen sobrando, dejando libres a los dedos y a los labios para mejores fines ).
El iPod, la máquina a vapor, el microondas, la imprenta, la bombilla eléctrica, siempre fueron o son la chuchería tecnológica del momento; a manera de ejemplo le diré que la bombilla eléctrica es la manera más ineficiente de producir luz.
Pues le diré lo que yo pienso, en mi siempre bien ponderada opinión, el mejor invento de todos los tiempos es la olla arrocera, con ella se acabo el misterio del arroz suavecito y graneado, secreto que era transmitido de generación en generación entre la población femenina, aliviándole la tarea a las mujeres de hoy en día y reduciendo ese otrora arte en echar arroz, agua y aceite, bajar la palanquita y esperar que suene el pito.
A los hombres solteros les solucionó el problema de la comida evitando que el susodicho caiga en manos de la primera casamentera en su camino que le ofreciera comida. Lo de "al hombre se le conquista por el estómago" perdió vigencia desde entonces, ya que una lata de atún con un poco de arroz caliente recién salido de una olla arrocera es un manjar para un hombre hambriento (a los hombres nos da hambre, a las mujeres se les abre el apetito) y es de capital importancia para evitar compromisos posteriores.
A los hombres casados nos permite no ceder al chantaje con la comida en casos de diferencias/discusiones/peleas/damequetedoys, porque un plato de comida recibido en esas circunstancias siempre significa arriar nuestras banderas.
Hagamos el descarte respectivo mediante el Teorema de Descartes (si tiene otro uso para el susodicho teorema le ruego no hacérmelo saber): el wonder bra, junto con el push up y el "tú eres el único hombre de mi vida" han sido y son la telaraña en la que siempre hemos caído enredados los hombres y encierran una falsedad comparable al cariño de una suegra.
El Internet, el chat, el teléfono, la televisión, el automóvil, el celular, son herramientas de comunicación y la mejor comunicación se logra con el sexo (medio por el cual hasta las palabras salen sobrando, dejando libres a los dedos y a los labios para mejores fines ).
El iPod, la máquina a vapor, el microondas, la imprenta, la bombilla eléctrica, siempre fueron o son la chuchería tecnológica del momento; a manera de ejemplo le diré que la bombilla eléctrica es la manera más ineficiente de producir luz.
Pues le diré lo que yo pienso, en mi siempre bien ponderada opinión, el mejor invento de todos los tiempos es la olla arrocera, con ella se acabo el misterio del arroz suavecito y graneado, secreto que era transmitido de generación en generación entre la población femenina, aliviándole la tarea a las mujeres de hoy en día y reduciendo ese otrora arte en echar arroz, agua y aceite, bajar la palanquita y esperar que suene el pito.
A los hombres solteros les solucionó el problema de la comida evitando que el susodicho caiga en manos de la primera casamentera en su camino que le ofreciera comida. Lo de "al hombre se le conquista por el estómago" perdió vigencia desde entonces, ya que una lata de atún con un poco de arroz caliente recién salido de una olla arrocera es un manjar para un hombre hambriento (a los hombres nos da hambre, a las mujeres se les abre el apetito) y es de capital importancia para evitar compromisos posteriores.
A los hombres casados nos permite no ceder al chantaje con la comida en casos de diferencias/discusiones/peleas/damequetedoys, porque un plato de comida recibido en esas circunstancias siempre significa arriar nuestras banderas.