sábado, 31 de enero de 2009

Invitado de honor


El viernes ultimo, junto con el gordo Charlie y otros amigos, asistíamos como Invitados de honor a la juramentación de Iván Gómez como nuevo Decano del Colegio de Nutricionistas del Perú (CNP) en un hotel en el centro de la ciudad; debido a otros compromisos en el mismo día había estimado un tiempo de 2 horas para tal evento.

A ciencia cierta, Invitados de honor es un eufemismo que se usa en las juramentaciones para designar a la masa de partidarios cuya principal tarea, al igual que en una portátil*, es lanzar vivas y aplaudir con fruición a las nuevas autoridades, con la única diferencia que los Invitados de honor no reciben paga alguna mientras que la portátil cobra por sus aplausos.

La ceremonia empezó con una hora de retraso lo que me previno que no iba a estar hasta el final de la ceremonia y sugerí acomodarnos en las sillas más cercanas a la puerta.Transcurridas las dos horas y aprovechando un intermedio en la ceremonia, antes de salir instruí a Charlie:

- Charlie, ya me tengo que ir, no voy a poder estar cuando Iván juramente, ¿te puedo pedir un favor?
- Si claro…
- Cuando Iván juramente, te descubres la barriga y te la palmoteas con las dos manos para que no extrañen mis aplausos, ¿si?
- Ya Elmo, ya...(contenido la risa mientras se reiniciaba la ceremonia)

Y abandoné el hotel.


*Portátil: Conjunto de personas que se convierten en partidarios espontáneos de una causa a cambio de dinero o algún favor, útil en juramentaciones y ceremonias publicas de baja moral.

miércoles, 21 de enero de 2009

Tatiana

Tatiana es secretaria y es la más flaca de toda la oficina, razón por la cual se ha hecho a acreedora a muchos apodos, desde "popotitos" hasta "sombrero de mago"; pero cuenta con una simpatía arrolladora.

Hoy Tatiana tenía que cobrar un cheque:

- Elmo, ¿me acompañas al banco?
- Yaaa, tú diras...
- Espérame un ratito..
- (sentado y viéndola alistarse para salir)

(inserte aqui un ratito de 15 minutos, mientras apaga su computador, va al servicio, saca algunas cosas de su bolso para no llevar bolso, etc.)

- Un ratito, no encuentro mi DNI (dirgiéndome la mirada).
- Te lo guardaste en el bolsillo trasero...
- ¿Y cómo sabias? (con marcada coquetería y mirada acusadora).
- Ah, es que una nalga te quedó más grande que la otra.
- Te odio.
- Yo también, pero vamos ya...

miércoles, 7 de enero de 2009

Los castigos de Mamuska

Llegue a la compañía a las 8 a.m. pues en 15 minutos debía empezar mi exposición, ingresé a la oficina de Coordinación con mi puntero láser en la mano:

- Buenos días señorita Val.
- Buenos días ingeniero.
- Ya estoy listo…
- Pero, hoy no es su exposición.
- ¿Cómo que no?, en el e-mail que recibí dice Lunes 8.15 a.m.
- Ah, perdón ingeniero, hubo un cambio porque al otro expositor se le cruzaba el horario (tratando de culpar al otro expositor)…
- ¿Y porqué no me avisaron?
- Su celular no contestaba (tratando de mentir)…
- Pero Val tienes el teléfono de mi casa, puedes dejar un mensaje en la contestadora, tienes todos mis e-mails...
- Disculpe ingeniero, se me pasó (aceptando su culpa) …
- ¿Sabes lo qué he tenido que hacer para venir?, he tenido que levantarme temprano, salir sin desayunar, darme un baño, ponerme saco y corbata …
- Ingeniero si gusta puede desayunar en la cafetería y nos trae la boleta, aquí se lo reembolsamos.
- No es por eso Val, de levantarme me levanto temprano, casi siempre salgo sin desayunar, lo que es imperdonable es que me hayas hecho bañar por gusto…

(inserte aquí risas de toda la oficina)


Por favor amigo blogleyente, no vaya a pensar que soy un desaseado, rezago del hipismo en su variante maloliente, creyente de "chancho limpio no engorda" o "de cochino nadie a muerto”, no señor, y a continuación se lo paso a explicar:

Ocurre que en nuestra niñez (hablo también en nombre de mis hermanos), los castigos de Mamuska que era totalmente opuesta a la violencia (la violencia estaba reservada para mi viejo, el dueño de la correa y fanático del chicote de tres puntas, aka sanmartincito), se reducían a:

- privarnos de la televisión,
- expropiarnos los zapatos,
- ajusticiarnos con la sopa, o
- condenarnos al baño.

En efecto, Mamuska se limitaba a privarnos de la televisión en casos de faltas leves, lo que para mi era grave dado ni fanatismo por El Chavo del Ocho, cosa que hasta ahora conservo a pesar de los dichos de mi suegra (“el chavo es un mal ejemplo”, "el chavo idiotiza a los niños") cuya opinión es respetable (por haber sido una maestra por vocación) pero no compartida.

Si jugábamos en la sala tirando las sillas o nos escapábamos a la calle, simplemente nos quitaba los zapatos y asunto resuelto, sin zapatos éramos poco menos que inválidos; nunca hemos podido andar sin zapatos, lo que hasta ahora es una costumbre familiar. Las maestras (aka mises) de los sobrinos más inquietos tiene la autorización de quitarles los zapatos para mantenerlos en orden del colegio.

Para las faltas mayores (tales como romper floreros, el tubo del agua, el foco de luz de un pelotazo), se imponía el "fusilamiento con sopa", pues Mamuska nos advertía “pórtate bien o te meto la sopa”, si hacíamos caso omiso nos ponía contra la pared, cual paredón de fusilamiento, preparaba el plato de acero con sopa y nos hacía tragar sopa, cuchara tras cuchara, hasta que nos saliera panza, de rato en rato iba palpándonos la barriga (como se hace con los pollos para ver si tienen el buche lleno); con la barriga llena nuestra agilidad se reducía al nivel de la del hipopótamo. Hasta ahora cada vez que veo a mis sobrinos pasando por ese ajusticiamiento sopero, me veo a mismo repitiendo "ya no Mamita, ya no".

Para las falta gravísimas (tales como romper la pantalla del televisor, sacarle el gas a la refrigeradora, salir a jugar a la calle y usar como arco la ventana del vecino) se imponía el baño, nos metía al baño del cual debíamos salir después de transcurridas por lo menos dos horas, completamente bañados y limpios. Cabe anotar que para Mamuska bañado” y “limpio”” no son sinónimos: ”bañado” implicaba (e implica hasta ahora) estar completamente mojado incluyendo el cabello (esa era realmente la parte difícil), mientras que “limpio” implicaba pasar por un examen exhaustivo de limpieza, cabello sin ningún tipos de partículas, orejas limpias por dentro y por fuera, cuello sin machas, axilas sin olores, etc.

Por lo tanto, de bañar me baño y lo hago casi a diario, pero el baño lo tengo interiorizado como un castigo, más aún si tengo que hacerlo por obligación y yo ya estoy viejo para castigos.