miércoles, 24 de noviembre de 2010

Si perdonan a Farfán, chau Brasil 2014

En el anterior Mundial de Sudáfrica 2010 yo pronostiqué y acerté rotundamente que con “Chemo” Del Solar como entrenador no íbamos al mundial, a pesar del auspicioso empate con Brasil (y Uruguay) y que motivó el festín del Golf Los Incas.

Y es que siendo el “Chemo”, en su época de jugador amarrador y argollero, quien comenzó la mala costumbre de negarse a jugar por la selección, nunca iba a ser capaz de imponer autoridad (con que autoridad le podría pedir a Pizarro que se quite el ipod y sude la camiseta por el Perú) ni armar un equipo que juegue en conjunto (los “extranjeros” siempre se creyeron - y se creen - mejores que el resto de jugadores y con derechos por encima del entrenador, basta con escucharlos abrir la boca); por lo que el descalabro era evidente.

Conversaba sobre esto y nuestras posibilidades en el Mundial Brasil 2014, con Juan y otros colegas de la oficina:

Juan: Entonces Elmo, ¿tampoco apoyas a la selección de Markarian?
Elmo: Si convoca a los pizarros, solanos, farfanes, guerreros y mendozas, no podría apoyarlo.
Juan: A ver dime, ¿Cuándo juegue el Perú a quién vas a apoyar?
Elmo: Al que juegue mejor, recuerda que yo no soy hincha, soy amante del buen fútbol, así se juegue en la canchita de mi barrio.
Juan: Pero ellos son peruanos como tú y son los más seleccionables que tenemos.
Elmo: Mira Juan, te lo voy a poner fácil, yo puedo perdonar que mi esposa no sepa cocinar, que no sepa planchar mis camisas blancas, incluso su inexperiencia en la cama, lo que no podría perdonar es que ella hiciera poses con otros y no las haga conmigo.

(inserte risas aquí)

Por tanto, si se perdona a quienes meten goles por otros equipos y no con la selección, se estaría convalidando la traición, se perdería la unidad del grupo y el principio de autoridad, sin los cuales no hay equipo posible y sin EQUIPO nos despedimos por adelantado de Brasil 2014.

Profe Markarian, no tropiece usted con las mismas piedras.

Elmo Nofeo
D.T. Honoris Causa

jueves, 18 de noviembre de 2010

MONÓLOGO 4


En contraste a lo que piensa Mamuska, para mi esposa soy el mismo diablo en persona y es poco lo que puedo hacer para revertir la situación luego de que en la compañía en la que nos conocimos nunca destaque por ser el mejor, mi único mérito fue ser el que bailó calato con una corbata anudada en la cabeza en la despedida de soltero de uno de los gerentes.

Y no hay nada más prodigioso que la memoria de una mujer.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Un blogger menos, un tuitero más

Empiezo aclarando, no es que me haya cambiado de bando, me haya dejado seducir por la inmediatez del twitter o el figuretismo del facebook; se trata de mi colega y mejor amigo Bruno.

Bruno es un colega de la oficina y siempre me consulta sobre temas de tecnología, por lo que en algún momento le propuse que con todas las consultas y respuestas obtenidas hiciera un blog, idea que al parecer le interesó.

Hoy, al llegar a la oficina, mientras nos poníamos al corriente de lo hecho por cada uno de nosotros en el fin de semana, Bruno contó que su esposa estaba de viaje y por tanto tuvo que cocinar:

Bruno: Entonces con los chicos decidímos cocinar en casa.
Elmo: Ah, que bueno.
Bruno: Pero eso si, el arroz que hice ayer me salió riquísimo.
Elmo: Mira Bruno, eso último es lo más gay que he oído.
Bruno: Mejor no cuento nada.

Y pasamos a otro tema.

En la noche, en casa, luego de cenar y mientras esperaba que el sueño me atrapara, revisaba algunos blogs conocidos, en uno de ellos que incluye enlaces al twitter, encontre un tuit que comentaba acerca de un corso que pasaba por su ventana, por mi cabeza pasaron muchas ideas acerca del autor de aquel tuit:

- hay que ser un aburrido para no tener mejor cosa que contar de un corso que pasa por nuestra ventana,

- que debe ser un antisocial en el trabajo y no tiene con quien compartir sus emociones,

- que debe tener complejo de periodista, o

- que se trataba de un solitario;

estaba con ese hervidero de ideas cuando se me vino a la mente Bruno, me puse a pensar que él sólo quería exteriorizar algo que llevaba adentro y que no pudo hacerlo en casa, por ausencia de su esposa y los hijos no entienden de esas cosas, por eso buscó a sus amigos (a nosotros) para contarnos de su arroz mejor logrado y yo le cagué la iniciativa.

Creo que ya lo perdí como blogger, lo mas probable es que termine creándose una cuente en Twitter para anunciarle a millones de desconocidos en todo el mundo: "El arroz que hice ayer me salío riquisimo como nunca".