sábado, 19 de julio de 2008

Los destornilladores y yo

Debo confesar que soy un fanático de las herramientas, en especial de las relacionadas con la electrónica, la carpintería y la mecánica; pero sobre todo soy comprador-compulsivo-de-destornilladores, aclaro esto porque lo mío no se asemeja en nada al hábito de compra compulsiva de las mujeres, de las que su mejor exponente es mi esposa: un día se aparece con una pieza de cristal, al día siguiente con un peluche, al subsiguiente con unas flores sintéticas, al otro día con un marco de cuadro y así hasta el infinito, pero siempre esgrimiendo la misma y única razón “es que me gustó”.


No compro lo primero que se aparece ante mis ojos, puedo reconocer cuando se trata de una buena compra o no, me tomo el trabajo de revisar el producto, su origen y sus características, hago comparaciones de precios con otros establecimientos y soy capaz de esperar un año para que un producto aparezca otra vez en oferta, como ocurrió con un multímetro que en el 2006 estuvo en oferta por el Día del Padre en RadioShack y que por falta de dinero no puede comprar ese año, espere las ofertas de Fiestas Patrias 2006 y nada, espere las ofertas de fin de año 2006 y nada, las ofertas por el Día de San Valentin 2007 y nada, las ofertas por el Día de la Madre 2007 y nada, hasta que por fin otra vez estuvo en oferta durante una semana por el Día del Padre 2007.

Entonces queda demostrado que soy un buen comprador. No compro lo que no necesito así me lo ofrezca una chiquilla en una malla apretadísima que promociona artículos de limpieza para autos de una marca de reciente aparición. Lo único que compro compulsivamente son destornilladores.

La razón de esta conducta la descubrí por mis propios medios sin la necesidad de ningún psicoterapeuta, esos especimenes de la fauna médica que hacen que les cuentes tu vida y escogen el episodio más ingrato para relacionarlo con el trauma que te aqueja y que siempre le encuentran alguna connotación sexual a tus problemas. ¡No señor psicoterapeuta!, lo mío no es un problema sexual ni el destornillador tiene un simbolismo fálico.

Todo comenzó cuanto tenía 3 años de edad y una inocencia del tamaño de mi curiosidad, de los cuales tengo borrosos recuerdos (atribuibles a los hechos que narro a continuación), cuenta mi madre (aka Mamuska) que a raíz de haber introducido un clavo en uno de los tomacorrientes de la casa, luego de recibir la descarga eléctrica correspondiente, corrí a esconderme debajo de la cama de la cual no salí hasta que llegará papá (aka El viejo).

Fue ese acontecimiento el que me cambió la vida, no me dio superpoderes, lo cual hubiera sido fenomenal, de sólo imaginar a un SuperElmo me produce una ancha sonrisa, pero como en países subdesarrollados no nacen superhéroes (el Chapulín Colorado no califica como tal) sólo me creó la necesidad de dominar al “monstruo de la paredes” (léase la corriente eléctrica) y que se convirtió en el descubrimiento temprano de mi vocación.

Trate de olvidar dicho episodio con pasatiempos que iba inventando, en especial uno que consistía en la caza de hormigas. Resulta que de niño gustaba de matar hormigas usando un método de mi invención que nos dejó a mi padre a y mí sin destornilladores. En casa no había un sólo destornillador utilizable y siempre había que pedir prestado a los vecinos, porque destornillador que El viejo compraba yo le daba curso.

Desde entonces, en aras de descubrir los misterios de la electricidad, me dedique a desarmar todo aparato que usara electricidad en la casa, lo cual hacía en ausencia de mis padres e incluso tenía un cronograma hecho, cada fin de semana mientras mis padres daban rienda suelta a su espíritu juerguero, yo le daba curso a la radiola (en esa época no había equipo de sonido), el televisor, la refrigeradora, la plancha, la lustradora, a los que desarmaba con inexorable éxito y armaba con dudosos resultados, esto último lo supongo por las piezas que me sobraban y que se constituyeron en mi primer lote de repuestos.

A los 8 años, El viejo me hizo ayudante de un amigo suyo que arreglaba radios y televisores en el barrio, lo que transcurrió sin mayores contratiempos y que sirvió para reafirmar mi vocación.

Al cumplir los 10 años mi padre comprendió que le salía más barato mandarme a estudiar electrónica a un CENECAPE (si no sabes que es pregúntale a tu papá) que mandar a arreglar los artefactos de la casa que yo me empeñaba en desarmar, o sea que me gané ese derecho a punta de mucho trabajo y esfuerzo. Es así que a los 13 años obtuve mi primer título a nombre de la nación como Técnico en Electrónica.

Para efectos de las clases en el CENECAPE me compró todo lo necesario para iniciarme en el mundo de la electrónica, excepto los destornilladores, fue entonces cuando me creó el trauma al espetarme "toda la vida me has quemado los destornilladores, ahora tú te vas comprar tus destornilladores" y lo juró "por Dios que los destornilladores no te los compro".

Desde entonces compro destornilladores casi todos los meses, tengo en casa alrededor de 200 destornilladores, sin contar los que regale o perdí.

Amigo(a) blogleyente, si sabe de alguna cura que no sea la acupuntura o la psicoterapia (los cuales ya probe y descarte), hágamelo saber por este medio, le quedare eternamente agradecido.

lunes, 7 de julio de 2008

D.T. Honoris Causa

A lo largo de mi vida, en varias ocasiones he apadrinado equipos de fulbito, ya sea de subordinados en la empresa de turno o alumnos de la universidad, haciéndome responsable del vestuario y de la logística necesaria (que no es mucha por si acaso). Ergo, dos juegos de ropa deportiva, dos pelotas, las bebidas respectivas (hay que ser bien tacaño para sólo ofrecerles naranjas) y uno que otro gasto en el alquiler de las canchas para las prácticas.

El que me trajo mayores satisfacciones fue un equipo de alumnos de la universidad, los peores, los que casi nunca venían a clases, los que ya llevaban el curso por tercera vez, los que estaba a la hora de inicio de clase estaban con short y zapatillas en el patio de la facultad.

Por lo que me extrañó verlos merodeando cerca al aula donde teníamos clase un Lunes. Cuando me disponía a ingresar, el que hacía las veces de cabecilla del grupo se acerco a mí:

- Profe, podemos hablar con usted.
- Si como no, al final de la clase (lo dije pensando que iban a pedir ayuda alguna para pasar el curso).

Entraron a clase, se sentaron en la última fila y fingiendo interés en la clase se quedaron hasta el final. Una vez finalizada la clase se acercaron en grupo, unos 8 en total:

- Profe, podemos pedirle un favor.
- ¿De qué se trata? (muy serio tratando de cortar por lo sano).- En 15 días es la semana de la facultad y va a haber un campeonato de fulbito y queremos pedirle que usted sea nuestro padrino.
- ¿Y yo por qué?
- Porque usted siempre habla de fútbol y sabemos que le gusta…
- ¿Y ustedes como saben eso, si nunca vienen a clases?
- Ya ve Profe, tenemos nuestros informantes…(dijo tratando de bromear)
- ¿Y quienes van a jugar?- Fulano, Mengano, Zutano ...(siguió mencionando incluso a aquellos que siendo ya mitad de ciclo, los conocía por la lista pero nunca les había visto la cara).
- O sea que el equipo de Los Relajados (lo dije con tono decepcionado).
- No pe´ Profe, no somos relajados …
- Profe, es que nosotros además de estudiar también hacemos deporte (dijo otro).
- Profe, si sólo nos dedicáramos a estudiar seríamos primer puesto como Perengano (agregó un tercero, haciendo referencia al nerd de la promoción).
- ¿Y yo cómo sé que ustedes juegan?
- Profe, pregunte si quiere, el año pasado quedamos sub-campeones, este año campeonamos de todas maneras.
- ¿Y si no campeonan?- Profe, usted sabe que no somos buenos para su curso, pero en la cancha si la rompemos...
- Ya está Profe, si no campeonamos nos jala a toditos (dijo otro de ellos arriesgándolo todo).
- Si, Profe (todos en coro, aceptando se jalados en caso de no campeonar).
- ¡Hecho!

Acepté pensando en lo injusto que sería jalar a uno de ellos si es que no campeonaban y obtenía nota aprobatoria, pero sus antecedentes los condenaban, eso sirvió para aliviar mis culpas. Me hicieron un presupuesto a grosso modo y les prometí el dinero para el día siguiente, luego de nombrar como capitán del equipo al cabecilla.

Dejaron de venir durante la semana y me nació la duda, pero a la semana siguiente, el Lunes se aparecieron casi todos en la clase, se sentaron en la última fila y creo que sólo esperaron que terminara la clase para hacerme entrega de un buzo rojo con una inscripción en la espalda que rezaba:





- Profe, esto es para usted...
- Gracias, no era necesario.
- Si Profe, usted va a ver, no lo vamos a defraudar.
- Profe, vamos para campeón (se animaron a gritar algunos).

Acudí a los partidos que pude durante los primeros días, el ver que iban ganando los partidos aumentó mis ambiciones de verlos ganar (eso diferencia a un ganador de un perdedor, cuando ganas te vienen la ambición de seguir ganando, cuando pierdes te acostumbras a perder), cuando otros colegas me preguntaban cual era mi equipo, respondía con orgullo "los de rojo".

Por supuesto que hubieron partidos bien reñidos, uno fue la final y el otro contra el código* anterior, les tuve que gritar de todo y como a hijos mientras en el borde de la cancha hacía "máscaras" (nombre que le puso mi esposa a la forma en que suelo rumiar mi cólera, por su semejanza con los gestos que hacia Jim Carrey para quitarse la máscara en la película del mismo nombre).

Y efectivamente campeonaron, a la hora de la premiación me llamaron y pude levantar una copa con orgullo de campeón, desde entonces me hice acreedor al titulo de D.T. Honoris Causa. El buzo rojo era mi carta de presentación los fines de semana en la Universidad.

De ellos, supe que cuando egresaron, pusieron una empresa de computadoras que hasta ahora mantiene un relativo éxito, el primer Gerente fue el capitán del equipo (ex-cabecilla) y que su primera contratación fue a Perengano, el nerd de la promoción.

*Código, dícese de una promoción de ingresantes en una universidad o instituto de educación superior.

sábado, 5 de julio de 2008

Hay PREMIOS y premios.

En este blog mi mayor premio es tu visita. No soy fanático de los premios por eso no nunca he jugado la tinka, ni ningún otro sorteo.

Pero los premios también pueden traer el valor de la persona quien lo entrega y eso los hace especiales. He recibido dos premios especiales, uno de Fiore y otro de Jassy, por lo que debo cumplir con mencionarlo y premiar a otros 7 blogs, no premio a Fiore ni a Jassy porque a pesar que sus blosg los leo, los comento siempre y los recomiendo indudablemente, de ellas recibí el premio y no es correcto que se los regrese porque no creo en eso de "prémiame que yo ya te premié" o "coméntame que yo ya te comenté".

Y los(as) ganadores(as) son, en estricto orden alfabético:

Isa: Junto con el de Ursula, Laura y el Dragón, son los primeros blogs que leí y comenté, me crearón la necesidad de crearme un espacio para mis balbuceos. Es la típica universitaria, pero con un buen aguante hepático.

Karen o como diga llamarse: Si decides leerla vas a necesitar suerte, suerta para encontrarla (suele desaparecer sin avisar) y suerte para entenderla (a veces pienso que no quiere que la entiendan). Es una adoslecente auténtica, sin poses ni traumas.

Petisita: Este blog si tienes que leerlo con tiempo y paciencia, hay mucha personalidad y muchas ideas propias. Es toda un artista.

Raulin, Raulón: Blog para entender a un soltero, muy sincero y audaz. A pesar de ser abogado, muy honesto con sus sentimientos.

Truly: Déspues de leer su blog, podrás decir poto sin que suene mal y están llenas de locuras, ella y su blog. Tiene barrio la chica.

Ursula: Es la blogger más carismática y transparente, sus posts tienen la peculiaridad de ser muy ágiles y fáciles de leer. Apto para toda ocasión y te apuesto a que con un poco de tiempo te lees su blog completo, como me ocurrió a mi.

Varguitas: Aunque amenace con irse, no creo que lo haga. Su blog transita entre una tibia alegría y la melancolía. Trasmite muy bien sus sentimientos y tiene risa de gordo.


Reglas copiadas y pegadas, sin alterar nada:

1.- Al recibir el premio, se ha de escribir un post mostrando el premio y se ha de citar el nombre del blog o web que te lo otorga y enlazarlo al post de ese blog o web que te nombra ganador.

2.- Elegir un mínimo de siete blogs (pueden ser más) que creas que brillan por su temática y/o su diseño. Escribir sus nombres y enlaces a ellos.

3.- Avisarles que han sido premiados con el premio "Brillante Weblog".