Estimada y recordada señora:
Tal vez usted no me recuerde (o tal vez sí), pero en estos días previos a la Navidad yo siempre la recuerdo y también recuerdo todo lo que ocurrió sin que yo me lo propusiera, de la que usted fue la parte más afectada.
Recuerdo que era un 24 de Diciembre, día en el que nuestros caminos se cruzaron y de la manera menos afortunada.
Para entonces, yo trabajaba en una contratista que prestaba servicios de banca electrónica a casi todos los bancos del país, eran épocas de Ramón, Telebanco y Unibanca. También, para entonces no existía la telefonía celular, el Internet era desconocido, tener teléfono en casa era casi como sacarse la lotería, el crédito no era la moneda corriente de hoy en día, los productos de primera necesidad exigían realizar largas colas, el terrorismo se dejaba sentir con más fuerza en las fiestas de fin de año y Alan García era un primerizo gobernante, dicho esto último creo innecesario seguir dando detalles de lo difícil de la situación.
Como todos los años, aquél día en la compañía se realizaba la fiesta de fin de año con la presencia de los representantes de los bancos, lo que justificaba el derroche, el dispendio y cualquier exceso. Para entonces, con algunos días de anticipación todos en la compañía ya habíamos recibido la gratificación, la canasta y el pavo reglamentario, las navidades eran sobre todo una fiesta de familiar y no se estilaba salir de juerga (evento propio del Año Nuevo), por lo que el día 24 en la compañía era para celebrarlo con todo para llegar a casa sólo a comer y descansar. Pero si algo caracterizaba a dichas fiestas en la compañía era la docena de máquinas choperas instaladas en las paredes del patio principal desde muy temprano.
Pasado el mediodía, cuando la fiesta ya empezaba a romper, la orquesta traída para la ocasión ya había tocado “Caballo viejo”, “Disco Samba”, “Coco Loco” y empezaba a despacharse con “El menú” del Gran Combo, mientras yo daba cuenta de todo cuanto había en el bufet, el Gerente Técnico me llamó a un lado del patio:
- Elmo, estamos con todo el personal técnico afuera y acaban de reportar que el cajero de la oficina principal del banco X esta fuera de servicio. ¿Crees que puedas ir a verlo?
- ¿En este momento?
- Si, es importante, tenemos un tiempo de respuesta que cumplir.
- Ya.
- La unidad móvil te esta esperando y se va a quedar contigo hasta que termines…
Y no escuche más. Subí a mi oficina, recogí mi maletín, salí a bordo de la unidad móvil haciendo coraje, con la idea de terminar e irme a casa.
Al llegar al lugar de la emergencia, le indique al chofer que no me esperara y que regresara a base (ese era el nombre clave de la compañía), quedándonos solos el cajero, mi coraje y yo.
Dejándome llevar por mi coraje y desobedeciendo el procedimiento para tales fines, abrí el cuarto de máquinas, y, desconecte todo el sistema sin colocar un aviso que indicara que el cajero estaba en mantenimiento y sin percatarme que usted había introducido su tarjeta de débito.
Recuerdo que al salir del cuarto de máquinas para verificar la operatividad del cajero, usted al reconocerme como encargado del mismo me cogió del brazo suavemente y su dulce rostro se llenó de alegría mientras decía “gracias a Dios, usted esta aquí”; usted me indicó, me rogó y me suplicó por su tarjeta tragada por el cajero; me contó que se le había hecho un poco tarde, que no había alcanzado a una oficina abierta y que por eso acudía al cajero; que no tenía nada comprado para la cena navideña ni los regalos porque le habían hecho el depósito ayer nomás; que había venido desde Lince al centro de Lima porque los otros cajeros que había visitado estaban vacíos y que confiaba que “aquí debe haber plata por tratarse de la oficina principal”; me desarmó cuando al borde del llanto me confesó “y ahora que le voy a decir a mi marido”; yo sólo atiné a decir “lo siento”.
No pude explicarle que yo sólo me encargaba de la operatividad y que del efectivo se encargaba una compañía de seguridad, no pude confesarle que había ignorado el procedimiento al manipular el cajero, no la abrumaría con el trámite para recuperar su tarjeta que duraba de 5 a 7 días, paré un taxi y partí mientras usted aún seguía parada frente al cajero.
Regrese a la compañía a calmar mis culpas, le informé al Gerente que todo estaba OK (era lo que le gustaba escuchar y es de quien aprendí a pronunciarlo como “oka” y no como “okey” como lo hace la mayoría), comí, tome y baile todo lo que pude; pero como podrá ver dicho suceso no le he olvidado.
A pesar de los 20 años transcurridos, creo que la presente aclaración es necesaria y deseo que todas sus Navidades sean mejores que las mías.
¡FELIZ NAVIDAD!
P.D. ¡Feliz Navidad para todos!
17 comentarios:
ajá
un post de culpa en busca de perdón divino eh? (me imagino) jeje
que tal historia y pobre señora
sólo espero que no haya sido ninguna pariente mía.
bsos de esposa primeriza y Recién casada
vaya... qué tal historia!
Epico.
saludos
tranquiiii ya para estas la señora debe haber superado el incidente y con este post facil quedas muy libre de culpa. ah.. k pases una feliz navidad! ;)
Feliz Navidad, Elmo.
Después de 20 años???
Ya pareces el gobierno... buajaja!!
Tambien felices fiestas para ti!
Volver...
con la frente marchita,
las nieves del tiempo platearon mi sien...
Sentir...
que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada,
errante en las sombras,
te busca y te nombra.
Vivir...
La culpa, dicen, genera un patrón complejo de comportamientos, donde primero produce un alejamiento y luego un acercamiento.
FELIZ NAVIDAD!
para ti tambien MOnito una Feliz Navidad y un Prospero Año Nuevo 2010
Saludos
vaya!
asu q feo, me imagino el cargo de conciencia. xro bueno
espero q no todo haya sido malo
Feliz navidad!
Todos cometemos errores, yo entento no hacerlo tan a menudo.
Que estes muy bien,que tenga un buen 2010.
Au revoir.
Gracias por pasar y dejar lo bueno de tus letras te dejo besos con jazmines y una copa de vino feliz 2010
ohhh!!!
feliz navidad!
suerte!
Merry Christmas and a happy new year, dear monkey!
(hoy amaneci pero bien bien ínternacional te dire!)
que te vaya bien bonito, estimado Elmo
jajaja...pues confesar el pecado en navidad vale doble no?...
Fiore:
Nunca es tarde para pedir perdón.
Yo también espero lo mismo.
¡Feliz 2010!
Javier:
De la vida real.
Feliz 2010.
Angel:
Y de triste recordación.
Feliz 2010.
Yani:
Yo confío en mi exculpación.
¡Feliz 2010!
ando:
¡Feliz Año Nuevo!
servidor:
Pero lo mío no tiene cálculo político.
¡Feliz 2010!
KatiaDocumet:
Interesante la última reflexión.
¡Feliz 2010!
Paolita:
Un Feliz Año Nuevo para tí, con muchas felicidades y pocas tristezas (si no la vidad no sería vida).
Juendy:
Es un cargo de conciencia que me persigue hace 20 años.
¡Feliz 2010!
Diego:
¡Bienvenido!
Se siente peor cuando lo haces por coraje o rencor.
Feliz 2010.
Recomenzar:
Un abrazo y todos mis deseos por un excelente Año Nuevo.
el gordo:
¡Bienvenido!
Un feliz 2010.
PEPE:
Un buen 2010 para tí y que todos tus deseos se vean realizados.
Un abrazo.
Ginno:
Tengo otros pecados, pero este era el más urgente de purgarlo.
Feliz 2010.
alamierda loco, no hay que escribir mucho, si despues de 20 años aun te acuerdas de eso, es porque en verdad la cagaste mal ah, pobre señora, pero bueno, son cosas que pasan y ojala que el destino la haya compensado con creces..
EBP:
Espero que para la próxima Navidad lo tenga menos presente.
Saludos.
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