Los pumas fueron negados para el fútbol, pero esa carencia la suplieron con garra y don de mando, nunca arrugaron ante el rival y con el tiempo fueron aprendiendo a reventar la pelota sin reventar la la pierna del rival; quienes no vieron jugar al Panadero Díaz pueden considerarse bien servidos con ver jugar a un puma. El respeto se lo ganaron en base a su don de gente con sus compañeros y sobre todo con los calichines.
Los chorris fueron dotados de algún talento futbolístico, su desempeño en las canchas es más por empeño, casi nada se guardaron baja la camiseta, todo la sudaron. Lo más importante es que jamás se negaron a jugar por su selección.
El talento futbolístico de los chemos es opacado por su juego amarrador y su accionar argollero, sus méritos en el fútbol se deben básicamente a sus contactos y sus recursos para salir a jugar al extranjero sin necesidad de recurrir a empresarios mafiosos, e incluso ganarse como entrenadores. Son lo suficientemente flemáticos y no necesitan lucir a sus rubias para demostrar(se) su éxito.
Los farfanes fueron bendecidos por Dios y dotados de un gran talento futbolístico, pero su desempeño siempre está condicionado a sus traumas infantiles y/o al vil metal, son capaces de negarse a jugar hasta por su selección. Los periodistas mermeleros que parasitan en el fútbol y los empresarios que viven de ellos son su mejores aliados.
Los chorris fueron dotados de algún talento futbolístico, su desempeño en las canchas es más por empeño, casi nada se guardaron baja la camiseta, todo la sudaron. Lo más importante es que jamás se negaron a jugar por su selección.
El talento futbolístico de los chemos es opacado por su juego amarrador y su accionar argollero, sus méritos en el fútbol se deben básicamente a sus contactos y sus recursos para salir a jugar al extranjero sin necesidad de recurrir a empresarios mafiosos, e incluso ganarse como entrenadores. Son lo suficientemente flemáticos y no necesitan lucir a sus rubias para demostrar(se) su éxito.
Los farfanes fueron bendecidos por Dios y dotados de un gran talento futbolístico, pero su desempeño siempre está condicionado a sus traumas infantiles y/o al vil metal, son capaces de negarse a jugar hasta por su selección. Los periodistas mermeleros que parasitan en el fútbol y los empresarios que viven de ellos son su mejores aliados.
7 comentarios:
Quien ve el fútbol peruano no lo hace porque sea un hincha acérrimo de algún club sino porque es un masoquista de corazón... jejeje.
Recibe un gran abrazo.
En uno de mis blogs favoritos escriben sobre el baile y aquí sobre futbol... esta semana me tocó perder.
Javier Matinez:
Yo no soy hincha, sino que me gusta el fútbol.
Saludos.
OKIPERU:
Sorry, es lo que hay.
Saludos.
Ummmm fútbol, not tonight
bso
no entendi nada, comento por inercia
Los pumas, los chorris, los chemos y los farfanes... Te faltaron los waldires y los kukines, historias en sus clubes pero que pueden dejar de jugar por su selección por una noche de juerga con bataclanas y su vicio incluido...
jejeje
"me lo dictó mi esposo porque yo de futbol no sé nada. Para mí, Pelé era cubano juaaaaa".
Fiorella Figueroa:
Lo entiendo.
Un beso.
dmo0n:
Resulta que ahora hay quienes le quieren regatear un homenaje al "chorri" Palacios como si le pidieran colaboración para hacerlo.
Saludos.
Marite Alarcon:
Waldir es un goleador histórico y fue ganado por las malas juntas, Kukin fue la gran promesa del fútbol guapo pero no estuvo sicológicamente preparado para ello.
Pelé es mi cuñado (y no estoy bromeando, mi cuñado se llama Pelé).
Saludos.
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