Los días 28 y 29
son feriados en el Perú que celebra un año más de su Independencia, los
peruanos aprovechamos para realizar un viaje, reunirnos con amigos o simplemente
para pasarla en familia.
Debido a que mi
suegro está en el hospital, mi esposa fue a visitarlo y me dejó a cargo de
Elmito, el 28 la pasamos jugando y en la tarde fuimos a comer hamburguesas, el
29 desde temprano estuvo con ganas de ir al parque y quedamos en que iríamos en
la tarde.
Luego de
almorzar:
Elmito: ¡Ya papá,
vamos al parque!
Elmo: Ya, anda cámbiate
de pantalón y ponte las zapatillas.
(al cabo de un
rato regresa vestido)
Elmito: ¡Ya vamos
papá!
Elmo: ¡Listo
vamos! (mientras cogía una casaca para él y un chaleco para mí).
El parque que quería
visitar queda a unas 40 cuadras, por lo que al salir de casa para llegar a la
avenida principal se encontró con unos niños jugando al fútbol en la calle y se
puso a jugar con ellos, el partido de fútbol terminó cuando la madre de los
niños los llamó “entren a la casa ya jugaron suficiente”.
Elmito: ¡Ahora si
papá, vamos al parque!
Llegamos a la
avenida principal e hice el ademán para detener una combi para que nos llevara
al parque. La combi se detuvo y esperaba que subiéramos, solo los peruanos
sabemos cómo son de porfiadas las combis peruanas, si por el cobrador fuera, te
carga y te sube:
Elmo: ¡Vamos
Elmito, sube!
Elmito: No papá,
vamos caminando.
Elmo: El parque
está lejos.
Elmito: Nooo,
vamos caminando.
La situación era
de postal, yo agarrado del estribo, el chofer de la combi esperando que subiéramos, el cobrador se había bajado y mantenía abierta la puerta, Elmito me jalaba
de la mano insistiendo en que vayamos caminando. Le indique a la combi que
siguiera su camino.
Y fuimos
caminando. En el camino Elmito corrió, saltó, se cayó, se levantó, se tropezó, pedí
disculpas por él, se metió a un jardín, miró por una ventana, le ladró un
perro, salió corriendo, se hizo el loco, me señaló a una niñas, contamos los autos Volkswagen,
etc.
A llegar al
parque Elmito me sacó una cuadra de ventaja al correr por llegar cuanto antes,
yo ya estaba cansado. En el parque se metió a la cama saltarina y saltó durante
los 15 minutos (a los que tiene derecho por el boleto pagado), luego al tobogán
gigante por 2 minutos (de los 15 que cubre el otro boleto pagado) y pidió
bajarse. El cansancio ya estaba haciendo mella en Elmito.
Se bajó y fuimos,
a su solicitud, a comprar agua y popcorn, nos sentamos en una banca, comimos y
bebimos, luego me franqueé:
Elmo: Elmito, yo
ya me cansé.
Elmito: Vamos a
comer hamburguesas.
Elmo: ¿No te
cansaste?
Elmito: Si.
Elmo: ¿Vamos a ir
a comer hamburguesas?
Elmito: Mejor
otro día.
Elmo: ¿Entonces,
vamos a la casa?
Elmito: Si papá,
vamos a la casa.
Al salir del
parque compramos unos chocolates que comimos durante el trayecto y abordamos
una combi rumbo a casa. Al llegar a casa le narré los hechos a mi esposa y me
reclamó:
Elma: ¿Para qué
lo llevas caminando?
Elmo: Él quiso ir
caminando.
Elma: Ahora, en
la noche no va a dormir tranquilo.
Elmo: ¿Y por qué
no va a dormir?
Elma: Porque le
va a dar calambres.
Y Elmito se durmió
temprano y de corrido como nunca.
P.D. A mí tampoco
me dieron calambres, pero si me duelen las rodillas hasta hoy.
4 comentarios:
¿40 cuadras? Nada más imaginarlo me agotó.
Pulgares arriba Elmo.
Saludos
la MaLquEridA:
Cada vez quiere ir más lejos caminando y me ha hecho recordar que de niño me gustaba trepar todos los cerros de mi barrio.
Un abrazo.
Que chévere que tu hijo le guste caminar, sobre todo en estos tiempos donde los niños se crían en departamentos frente a pantallas gigantes de juegos de vídeo, en ti y en tu mujer está que no pierda eso
Saludos local,
EBP
EBP
¡Bienvenido nuevamente Pepín!. Si no eres Pepín, también eres bienvenido.
Los días que tengo libre, Elmito no agarra ni la computadora ni la tablet, lo suyo es salir al parque, al supermercado, a la pizzería, la consigna es salir a caminar.
Saludos.
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