miércoles, 23 de enero de 2008

Una falda, una peluca y unos tacones # 9

Fue un viernes, fui a la universidad a realizar unos trámites, que no pude culminar porque la señorita que atendía me recibió con un "yo no veo eso" y tenía que regresar otro día porque "la persona encargada ya se retiró".

Caminaba hacia la puerta de salida con la sensación de haber desperdiciado mi día, cuando me encuentro con Jorge, un viejo amigo de la universidad. Recordamos nuestra épocas de cachimbos, desde cuando comparábamos nuestras calculadoras y cuando estuvimos a punto de trompearnos por una flaca que al final se hizo enamorada del musculoso de la promoción, un webas triste; conversamos de nuestras carreras, de nuestras familias y hasta de nuestros proyectos. Me contó que se encontraba desempleado y no le creí:

- No te creo que estés desempleado Jorge.
- Para que veas Elmo, así son las cosas.
- Pero tú trabajabas en el Ministerio
- Claro
- ¿Y por que te despidieron?
- Es que cambiaron al ministro y el cargo era de confianza.
- Oe, pero tú hiciste un MBA.
- Si y sabes lo que aprendí
- No, ¿qué?
- Que el peor negocio que puedes hacer es casarte y que nadie cuida tus intereses mejor que una amante.


Y nos dieron las 10 de la noche dentro de la universidad. Ibamos saliendo cuando, casi al llegar a la puerta de salida, nos encontramos con la fiesta de cachimbos de la Facultad de Geología, donde a ritmo de reggeaton los cachimbos estrenaban su cabeza pelada y se aburrían con su cigarro y su cerveza personal comprados con sobreprecio en la misma fiesta.
Los de las promociones más antiguas le daban duro al baile, al trago traído en mochilas, se entonaban con unos cigarros que compartían y se disputaban las pocas chicas que estaban disponibles en una facultad de hombres.

Nos pedimos, con Jorge, una sixpack y nos quedamos a ver. El (des)animador en el escenario anunciaba el concurso Miss Geología. Lo que vi en el escenario me impacto por lo menos es el primer momento, yo esperaba un sencillo concurso de belleza con modestas concursantes femeninas, lo que vi fue hombres vestidos mujer.

En los parlantes se escuchaba:

“Con ustedes Mis 2004, sus medida 90-60-Revienta, piensa especializarse en exploración profunda, sus hobbies son escuchar música y fornicar, tiene como novio al dueño de la fotocopiadora, el negro Wilson. Wilson es experto rellenado el tóner y nunca se mancha las manos.”

Y así pasaron todas las "candidatas" lanzado besos volados al animador y tratando de ganar una opinión favorable del jurado, cada una de ellas más disforzada que la otra.

- Y tú a quien le vas, Elmo.
- Ya pe’ Jorge, no jodas, son hombres …
- Tú no cambias ¿no?
- ¿Te das cuenta cómo se ha degenerado la universidad?
- Ya, no te hagas el estrecho que en nuestra época también pasaba lo mismo.


Y efectivamente hurgando entre mis recuerdos encontré nuestra fiesta de cachimbos. Corría en año 1984, se había anunciado el concurso de promociones para elegir a la reina de la facultad y nuestro grupo de 10 amigos (en realidad 9 porque Elina era sólo mi amiga y no del grupo, pero donde yo iba ella también entraba), el más entusiasta y el más estudioso, ante la apatía del resto de la promoción, se propuso tener una “candidata” para el concurso. Jorge que era el líder del grupo, sentenció que Manuel sería nuestra representante en mérito a su delgadez.

Llegado el día del concurso, Rossana y Milagros, las dos chicas del grupo se hicieron presente con todo su arsenal femenino (lápiz labial, rubor, delineador, base, etc.) y con la promesa de “nadie te va a reconocer” convirtieron a Manuel en Manuela, una candidata de fuerza, una Lady Diana en versión peruana. El vestido lo trajo Fernando, que era el que vivía más cerca a la U, según contó, le prometió a su hermana acompañarla a la fiesta a la que no le dejaban ir sola y ella accedió a prestar uno de sus vestidos.

Por supuesto, al grito de “Viva la Manuela” ganamos el concurso, por ser carne tierna a decir de las promociones anteriores. Manuel se ganó el apodo de Manuela durante todo el tiempo que estuvo en la universidad.

- Y que sabes de Manuel …
- Nada, desde que se casó.
- Bien aventado era ese tío …


Y vaya que hay que ser bien aventado, no cualquiera se disfraza de mujer y en frente de todos hace el ridículo, eso requiere de una gran personalidad. Y recontraaventado, para casarse a los 18 años estando en segundo ciclo y con un hijo por nacer.

Me puse a pensar que de haber estado en los zapatos de Manuel no hubiera demorado más de dos años en obtener mi primer ascenso y oficina propia en mi primer trabajo.

En efecto, en la segunda fiesta de aniversario en la que estuve presente, el Gerente General, un ingeniero alemán, empresario y corredor de autos, que más paraba fuera del país, se acercó a cada una de las mesas para saludar y bromear. Cuando me toco el turno:

- ¿Tu ser nuevo? …
- No señor, tengo casi dos años trabajando aquí.
- ¿Cómo llamarte? ...
- Elmo Nofeo, señor.
- Elmo Nofeo ¿no?
- Si señor.


Como parte de la fiesta, las chicas organizaron un concurso de travestis y entre los concursantes, representando al Área de Telecomunicaciones, había sido elegido yo. Me llevaron detrás de un biombo, me maquillaron, me acomodaron una peluca, me pusieron una falda, me prestaron unos zapatos con tacos # 9, me remangué el pantalón hasta ocultarlo debajo de la falda y lucir mis piernas. Todo en cuestión 15 minutos, luego de lo cual salí a la pasarela improvisada junto con mis ocasionales rivales.

Durante el desfile me tropecé y caí por culpa de los tacones, al levantarme se me desremangó el pantalón, al tratar de volverlo a remangar se me cayó la peluca y mi sonrisa de Monalisa, esforzadamente ensayada, se desdibujó por completo.
Es obvio que no gané el concurso, lo ganó un tío mayor del Área de Administración, con más experiencia en estas lides, pero los aplausos y las risas los gané yo.

A partir de entonces, cuando el gringo alemán me encontraba en los pasadizos me decía “Chistoso Elmo Nofeo”.

La parte feliz y mi recompensa llegó cuando mi jefe sugirió mi promoción, el Consejo de Directorio aprobó y me ascendieron a Jefe de Área, lo que me daba derecho a tener oficina propia y cambiar el mandil verde por un mandil blanco.

Y todo gracias a una falda, una peluca y unos tacones # 9.

19 comentarios:

RMS dijo...

Jajaja... Pero que divertido. En definitiva hay que tener una gran personalidad para andar en stilletos numero 9. He alucinado pero mal, ya te miraba en la pasarela.
Y ni que decir de las memories que tengo de mi etapa de estudiante universitario... simplemente : SALVAJE.
A propósito, de mi grupo de colegas, unos 10 maso... todos tienen sobrepeso de mas de 10 kilos, mínimo un hijo, calva o pelada incipiente, canas, casado y con amante y un perro. Y las chicas ni que decir. Y los muy desgraciados cuando nos vimos tienen el desparpajo de decirse entre ellos : ¡¡ESTAS IGUAL!! jajaja.
OJO: el único diferente allí soy yo.
Hace bien pasar por aquí. ¡Esta Mortal!
Saludos.

PasajeraEnTransito dijo...

jajajjaa, todo lo que se puede conseguir con una imagen de mujer....
Me encantó tu relato!

Anónimo dijo...




Jajajajaja definitivamente unos tacones #9 consiguen muchas cosas :P


Unknown dijo...

caray!! parece que en la vida escalas gracias a unos tacones número 9 eh? jajaja que divertido.. foto foto foto!!!
un bso

Metódica dijo...

jajaja que buena..y kien iba a pensarlo xD

Dragón del 96 dijo...

Recuerdo las elecciones de Miss Ciencias, a las hermanas Meltrozo (Rosa, Ana Liza, Debora y no se cual más) y a los patas en sus pininos de travestismo. Pero tu relato me hizo reir mucho.

No sé como tomar tu experiencia... como aprender de ella? Si quieres tener un mejor puesto, vistete de mujer?

Mnn... pero sin tacos altos, ok?

Slaudos.

Ceci dijo...

Buena historia!!!jajaja
Que bien que después de ese momento de tropiezos y maquillaje hayas obtenido tu oficina privada!!

Saludos!!

Elmo Nofeo dijo...

Rammses:
No sólo personalidad sino equilibrio. Hoy en día lo pensaría antes de hacerlo, no por verguenza, que ya la perdí, sino por los 10 kilos de más.

Tienes razón, en la etapa universitaria si que te entregas al dominio de la testosterona.

La hipocresía mutua, muy limeña por cierto, consiste en decirle a la otra persona lo que uno quiere escuchar: "estas igualita", "tu también".

"El único diferente", yo te creo.

Petisita:
Una mujer siempre consigue todo lo que quiere,
una mujer inteligente quiere todo lo que consigue,
un hombre vestido de mujer consigue lo que puede.

Siempre ustedes corren con ventaja.

Truly:
Al parecer yo sólo conseguí parecer chistoso y gracias a eso mi propia oficina.

Pero son recursos que uno aprende con el tiempo, un administrador de red es como el árbitro de futbol, si es bueno nadie se da cuenta de su presencia.

Fiore:
Unos stilletos # 9 (lo aprendí de Rammses) es pieza imprescindible en el guardarropa de una mujer. Nunca sabes cuando lo puedes necesitar.

Por favor, no pidas fotos, que la sola idea de que exista una foto de aquel episodio me averguenza y atemoriza, toda mi reputación se iría al tacho.

Karen:
"Quien iba a pensarlo", eso ya lo escuche. Yo soy una persona seria, de humor moderado, pero tampoco soy perfecto.

Y siempre hay malas interpretaciones.

Dragon:
Pero los de mi facultad, todos eran hombres. Y si ves el espectáculo sin una preparaciónn previa, te parece denigrante.

De cachimbo no me lo pareció porque Manuel era de mi grupo y casi había sido obligado. Las reglas del grupo siempre se respetaban y casi era el triunfo de las maquilladoras Rossana y Milagros.

De adulto, sin las chelas y sin la compañía del viejo lider Jorge, no sería un espectáculo digno de verse.

Moraleja 1: No importa si eres bueno, si no lo sabes hacer notar, no te vale de nada.
Moraleja 2: Es triste que después de casi dos años de trabajo te sigan preguntando si eres nuevo.

BUeno, mi oficina propia y mi cargo la conseguí por los tacones, sin ellos no me hubiera tropezado y no me hubiera ganado la recordación del gringo.

Ceci:
Si eres malo todos se dan cuenta,
pero si eres bueno nadie se da cuenta,
entonces ¿debes ser malo?,
no, hazlo notar con un poco de humor.

Es lo que aprendi después de aquel tropiezo.

Mar dijo...

aaag no teng palabras, con este tipo de confesiones que conste que se caen los mitos, ajajajajajaja. Esa imagen de peruano moreno pitucazo que tenía de ti, ajajaja se ha venido abajo ... lo siento flaco. Buuueno vale, estuvo divertido yo también tengo un pasado, pero ni por dineroooo que lo cuento, ajajaja. Seguiré manteniendo mi glamouuur me cueste, lo que me cueste.

un beso ... Qettah

PD: ordeno a tu mente que se aleje de mis labios rojos, que se fije por ejemplo... en mi mano?. Lo he intentado, pero sabes...mi boca se niega a que la quiten protagonismo, ajaja. Gracias por el post, me reí mucho, ajajaja.

Blonda dijo...

Me mori de risa!!

No hay foto de ese momento para ilustrar el post??
=o)

Besos!!!!!!

Peruaner brauchen Dich! dijo...

Lo mismo digo, y la foto???? saludos,
Maria Elena

Elmo Nofeo dijo...

Qettah:
Lo siento Qettah por decepcionarte, pero tenía que contarlo. De veras,lo siento.

Sigo haciendo el esfuerzo de pensar en otras cosas.

Blonda:
En todo mi blog no encontrarás una foto, porque lo mio es el perfil bajo, sólo doy mi foto al registro civil.

Además que una foto en esas circunstancias echaría abajo toda mi reputación.

Maria Elena:
Bienvenida y sientete como en tu propio blog comenta lo que quieras, sin moderación, sin palabras de verificación y sin anuncios comerciales.

Pero por favor, no me pidas fotos, que la sola idea de que exista una foto de aquel episodio me averguenza.

Anónimo dijo...

jaja muy bueno tu relato aunque necesito pruebas gráficas! jeje mentira no seré cruel I promess

Yo me pongo tacones #9 el problema es que no camino con ellos porque camino peor que tú el día del desfile...

Dw

varguitass dijo...

.

pasate una foto ps, mínimo no?

jajajaja, debe ser fregado estudiar en una facu en donde el 98% de personas son hombres

felizmente en derecho es mitad mitad

y pues nada, cuando me quede sin chamba te pido prestado tus tacones, porfa



un abrazo

.

Elmo Nofeo dijo...

Dangerous woman:
La competencia es dura dentro de las empresas y no basta con ser buena en lo tuyo, sino que hacerte notar.

Los tacones siempre ayudan, pero no creo que camines peor que yo.

Varguitas:
Tienes razón, estudiar con puros hombres te limita socialmente, que muchos suplen con la cerveza y se embriagan hasta el embrutecimiento.

Hombre, la idea de usar los tacones era ascender, no recursearme. Si lo necesitas te los presto, pero no pises las cucarachas de la Av. Arequipa con mis tacones, me moriría de asco.

Abrazote.

Geraldine dijo...

Jeje Elmito tenías tu historia...mmmmfff!
No se cuando te ascendieron pero me alegra sobremanera que te hayas esmerado por el cargo, creo que tu personalidad valió más que la falda, la peluca y los tacones ;D

Salu2

Elmo Nofeo dijo...

Como producto soy bueno (uy, se me salió mi lado arequipeño), pero faltaba el marketing y con la falda, la peluca y los tacones la hice.

Metódica dijo...

he pero mi kien iba a pensarlo,,se refiere a ke kien iba a pensar que se nesesitara un tacon 9 para hacerla linda!!

fijo no encuentro chamba T_T

Elmo Nofeo dijo...

Karen
Dos años en el mismo puesto y fijate que el cambio vino con los tacones. Yo solo qureía colaborar con las chicas.