En años anteriores ya por estas fechas tenía asegurado 4 panetones, dos pavos y una canasta. De cajón la empresa se portaba con un paneton y un pavo, la editorial con un pavo, los clientes con 2 o 3 panetones y el instituto con una canasta.
Las llamadas de los clientes (siempre generosos, a los que les presto servicios) se sucedian más o menos con el siguiente rollo pero todos con con la misma delicadeza: "Ingeniero podrá acercarse un ratito el 21", "Tenemos un encargo para usted, ingeniero", etc.
Pero este año ya estamos 19 y nada de nada, no tengo llamadas, no he visto compras, ni preparativos y menos canjes por lo que estoy por concluir que esta va a ser la primera Navidad que voy a tener que comprar pavo y panetón para la casa. Y pensar que de soltero regalaba mis panetones y mis vales para canjearlos por pavos, esto me lo sigue enrostrando queridísima-linda-razonable esposa.
La Navidad es compartir. Si alguien desea compartir la Navidad y tiene un panetón que le sobre, bienvenido sea. Ah, pero eso si tiene que ser Donofrio, porque en el comercial el panetón que le regala el niño al vigilante es Donofrio y porque Mamuska no acepta otra cosa.
Y el aguachentoflacidongomofletudocaradechancho de Alan Garcia dice que El Perú avanza.
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